Ataque de Risas antes de entrar a un salón.
Benigno Iglesias dice que quizás sea el único paciente del mundo, que se haya estremecido con un ataque de risas, minutos antes de someterse a una cirugía coronaria, compleja y de alto riesgo. Refiere que todos los presentes lo miraban como diciendo:"Está loco.
Expresa que el motivo de su carcajeo, fue una frase muy cubana pero que no se atrevió a repetirme y que realmente contribuyó a variar su estado anímico.
Se la expresó en voz baja el cirujano que lo operó, en el Cardiocentro Ernesto Guevara de Villa Clara.Fue un mecanismo del experimentado médico para reducir tensiones y lograr la empatía necesaria unos minutos antes de la compleja operación. Y definitivamente, lo logró.
Hace dos años del suceso y el paciente refiere que nunca olvidará aquel hecho, pues realmente una sola palabra le quitó el estrés. Lo intervino el prestigioso médico cubano, doctor Álvaro Lagomasino Hidalgo, cirujano cardiovascular, con un excepcional desempeño en esta especialidad de las ciencias médicas.
Iglesias es vicepresidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica, (ICAI) reside en la capital cubana. Opina que ha evolucionado muy bien, y dice que en el período postoperatorio, sintió de cerca el amor de su familia y de cada uno de los trabajadores del Cardiocentro.
Esta unidad fue creada en l986, para intervenir a los pacientes que residen en las provincias de Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, y Ciego de Ávila, por citar algunas del centro de Cuba., pero también asisten a los de otros territorios que desean atenderse en la unidad.
Ahora tiene prácticamente paralizada la actividad quirúrgica debido a la falta de algunos recursos, como los oxigenadotes necesarios a la máquina de circulación extracorpórea y algunos reactivos.
Realmente hace mucho daño el bloqueo a la Isla, me confiesa el doctor Lagomasino.La actividad de cirugía cardiovascular es muy cara, y para comprar los recursos, el estado tiene que invertir en lugares distantes, por lo que es mayor el desembolso de divisas.
Tal situación angustia a los médicos cubanos, que, además, sufren en silencio para no transmitirles a sus pacientes estos sinsabores. Entonces se me ocurre preguntarle al funcionario del ICAIC. ¿Por qué no plasmar en el cine la heroicidad de nuestros médicos en centros de cirugía cardiovascular del país? Guionistas cubanos están aptos para lograrlo.
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