¡Apareció Camilo!
La corriente de los ríos y mares de Cuba llevan el aroma de pétalos de flores, dedicados al Comandante Camilo Cienfuegos, aquel luchador revolucionario, que cumpliendo una misión estatal viajó en avión a Camaguey y de retorno hacia la Habana, una tormenta lo arrancó de las manos de pueblo de Cuba al caer la avioneta a la mar.
Pero lo más significativo de esta búsqueda incesante fue que no se limitó a la acción del estado.En mi ciudad natal, Sagua la Grande, igual que en toda Cuba, el pueblo iba y volvía de las costas marinas, buscando una señal, o un milagro.
A veces, la grey infantil, que ya respiraba los cambios de la Revolución se asomaba a las orillas del Undoso, y si un pez se movía, gritaban apareció Camilo. Salían gritándole a sus padres que lo habían visto, y barrios enteros se movilizaban con una falsa ilusión.
Cuantas veces las mujeres abandonaron las bateas de madera en que lavaban la ropa hogareña y salían tras los falsos mensajes de aparición del hombre de la sonrisa ancha, del llamado Señor de la Vanguardia. Era un pueblo entero buscando a su héroe. Son imágenes de mi infancia que jamás olvidaré.
Camilo fue uno de los hombres de la generación histórica que, a pocos meses del triunfo revolucionario, se ganó la admiración de su pueblo, como un verdadero líder natural. Estrechaba las manos de obreros, de campesinos, de los combatientes que habían luchado para conquistar la independencia de la patria.. Se compenetró con los anhelos de todos , y por su forma de actuar y de ser se ganó el corazón de los cubanos.
Diez años después de su desaparición física, un vacacionista dijo que en un cayo de la playa Uvero al norte de Sagua la Grande, estaba Camilo. Era el sentimiento de un pueblo que lo tenía presente, que no lo olvidaba. Aquella vez reiniciaron los vítores y el furor para hallar al Héroe de Yaguajay. Brindaron por su salud, hasta que la triste noticia de que era incierto de nuevo extrajo las lágrimas de muchas pupilas.
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Marianela -