Villa Clara en 26
La cultura popular de los cubanos se acentúa por estos tiempos, en que cada trabajador o familia desea adornar su radio de acción con propagandas alegoricas al día de la rebeldía nacional y es entonces cuando la escasez de recursos materiales, se suple con diverso objetos desechables y aparecen modestas pero grandes obras que quizás con el paso del tiempo formen parte de un museo nacional.
Unos mejor que otros, pero entre lazos de nylon desechable, trazados de banderas sobre cartones añosos, y hasta en cadenetas reviven diversos recursos que antes iban al basurero, y hoy distinguen a la unidad mas pequeña del diversas unidades de nuestros ministerios.
Hace poco llamo de mi atención un pino adornado con latas de refresco, que convirtieron en campanas. Mientras otros resiembran sus jardines o lo nutren con plantas que agradecidas por el cuidado diario, estan pequeñas pero la propia frescura de sus hojas arrancan el piropo de los transeúntes.
Este es mi pueblo, un pueblo que a pesar de estar el día buscando algunos alimentos para la canasta familiar, o tener que caminar cuadras bajo el sol cuando nos falla el transporte, sigue tejiendo su obra para que avance y que llegue la luz de sus ideales a aquellos que hace 57 años lucharon por esta realizadas cuando asaltaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en la región Oriental.
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