El Carnaval y Los Cubanos.
Los ritmos de conga llenaron la noche, extraían las gotas de agua humana, cuando los zapatos de muchos estremecían el el pavimento. Inagotables movimientos despertaban los tambores y las trompetas, de una inmensa mayoría de villaclareños, que vibran con la percusión de todos los carnavales.
Algunos sólo miraban el ir y venir de los asistentes, las gorras típicas de los festejos, o simplemente repetían los pregones de los vendedores de carne asada de cerdo, de maní, frituras de maíz, por citar algunas golosinas.
Casi todos, fundamentalmente los hombres sin media naranja, trataban de buscarla con piropos alusivos a las fiestas. Escuché decir:”Estás más espumosa que la cerveza.”
Los cierto es que no son pocas las familias que disfrutan de estos tradicionales festejos y la inmensa mayoría de ellas regresa su casa desestresada, a tal punto que se les olvida, las carencias que a veces enfrentamos día, a día.
Así meditaba bajo una noche de estrellas, cuando sentí las voces de algunos habitantes, que analizaban las fiestas con la misma autoridad con que hablan del béisbol, que si la cerveza no es de primera base, si los baños están en el center fied. Señores tuve que sonreírme. Respiré, miré al cielo, y me pareció que hasta las estrellas destellaban más fuerte a golpe de nuestras congas
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