Hugo Chavez cultiva su aroma
Cuando un hombre hace reír o llorar, cuando un hombre siembra la alegría o la tristeza en gran parte del universo, es porque ese hombre cultiva su aroma su aroma en la inmensa mayoría de las almas. Y así eres tú, presidente de Venezuela, Hugo Chávez, así te vimos millones de cubanos a tu llegada este 5 de julio a tu tierra, a la tierra de Simón Bolívar.
Y si algunos por acá decían Que bien va! y otros se preocupaban porque su discurso no fuera extenso, lo cierto es que la inmensa mayoría de los televidentes, no pudieron ocultar emociones encontradas, cuando su pueblo lo aplaudía, y algunos lloraban. En varias ocasiones la cámara descubrió los baños que las pupilas dan a los pómulos, en el instante que el corazón se lo ordena.
Usted conversaba con su pueblo, los animaba a seguir la lucha, pedía a Dios y al manto de la Virgen por su salud, y yo recordaba a una anciana evangélica, que dice que lo tiene en oraciones, como un día rezó por Fidel.
Y en ese ajetreo de mesa redonda, horarios de comida de baños para espantar el calor sofocante del verano, en el edificio donde resido,, se alzaba el volumen de los televisores, y no creo que pocos, hayan dejado de recordar, cuando sufrimos por la enfermedad repentina de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro.
Cuantas personas se descompensaron. Recuerdo que muchos ateos se pasaban el día pendientes de las noticias de Fidel, mientras que los creyentes pedían su restablecimiento a Cristo en la Iglesia o en rincones hogareños.
En poco tiempo dos líderes, estrellas que irradian este continente se enfermaron de manera repentina, comentan algunos, otros le dicen a Cristo protégelos., dales fuerza y salud para que sigan ayudando a la humanidad. Y perdona a aquellos que quizás al no poderlos destruirlos por las armas, fraguaron planes indeseables.
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