Haití y el Terremoto del Cólera
El pequeño miró hacia las nubes pequeñas de un cielo que obscurece. No podía hablar, apenas podía respirar, ante un cuadro diarréico severo. Una doctora cubana lo auscultó y en el minucioso exámen clínico descubrió los síntomas del cólera.
El tiene siete años y quedó huérfano por el terremoto en Haití. De manera gestual confirmaba que sentía cólicos, dolores abdominales, y mucha sed. Rápido se movilizó el personal sanitario para arrancar a la muerte a otro habitante de la tierra de Toussaint Loverture.
La brigada médica cubana se nutre de más de mil 300 profesionales que incluye egresados de la Escuela Latinoamérica de Medicina en la Isla y que ocupan posiciones en esa área del Caribe,. Ellos logran decrecer cada vez más la mortalidad en las zonas que asisten. Así lo reconocen personalidades de diversas partes del planeta. Como el eurodiputado francés Jacky Henin y el doctor Juan Ortiz, representante en Cuba del Fondo de Naciones Unidas Para el Desarrollo de la Infancia.
Otros reportes escuchados vía telefónica en voz del doctor Lorenzo Somarraba López, al frente de la misión médica en Haití, enorgullecen a los hijos de la mayor de las Antillas debido a sus impactos sociales en ese pueblo.
Por cierto hace poco una nota oficial del Ministerio de Salud Haitiana expresó que del 12 al 16 de enero últimos descendieron los decesos por cólera en ese país con más de tres mil 800 fallecidos por la pandemia.
Y mientras leía esta nota pensé en los infantes haitianos con rostros marcados por ciclones huracanes y terremotos, pidiendo pan, o quizás buscando los huesos de sus padres entre miles de tumbas, sin rosas.
1 comentario
Larissa Larrinaga Leyva -
Definitivamente usted es una cronista en potencia, me parece estar en Haití ahora mismo. Ese tipo de trabajos son los que más me gustan de usted.
Ayy, sólo una duda...el Doctor es Somarriba o Somarraba?????? Perdone mi ignorancia, es que seguñi el caso del psiquiátrico y ahñi decía Somarriba..es el mismo??????
Espero con ansiedad su próximo trabajo, ojalá sea tan profundo y humano como este.
Agradecida por su labor, Larissa