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La Pulido

A la Cruz Roja, le debo la vida.

A la Cruz Roja, le debo la vida.

 El  se sintió mareado,  su visión se nublaba, perdió el equilibrio y cayó al suelo. El  septuagenario desde ese día vive agradecido de los hombres y mujeres que en casas de campaña, llevan la insignia de la Cruz Roja.

Dice que cada vez que ve una casa de campaña de la organización, ya sea en actos o cerca de zonas de playa,  recuerda aquel episodio de hipertensión. “Me prestaron los primeros auxilios”, comentó, y les debo a ellos celebrar muy pronto mi cumpleaños 80.

Como Esteban  Peraza, hay muchos hombres y mujeres de Villa Clara agradecidos de la humanitaria labor de la Cruz Roja, por cierto actualmente cuenta con más de 2 mil integrantes,  según me comentó Wenceslao Pérez, de la dirección de  la agrupación de beneficio social.

Actualmente cuentan con cerca de 600  jóvenes, comprendidos en el grupo etáreo de 16 a 30 años, y prevalece el sexo masculino.

En este año se han incorporado más de un centenar de voluntarios, y se destacan los municipios de Corralillo, Sagüa la Grande, Cifuentes  Caibarien, Ranchuelo y Manicaragüa.

Mientras tanto el licenciado Mario  Coma, al frente de la Cruz Roja en Villa Clara, me explicó que los preparan  en diversos frentes, como primeros auxilios búsqueda y localización, rescate y otras acciones para socorrer.

Y  cuando Esteban Pedraza me contó que está vivo por los primeros auxilios de la Cruz Roja, pensé en que ese color Rojo de la Cruz que llevan como símbolo, es como la sangre que oxigena a los humanos.

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