Para dejar de fumar...

Pedro Sáez,  un señor de 78 años que lustra  zapatos en un reparto de Villa Clara, confiesa que este 31 de mayo, Día Mundial sin Tabaco, llega con menos nicotina en sus pulmones, pues hace cerca de un año dejó la adición, que lo había esclavizado desde los primeros años de su adolescencia.

Relata que  un día se dijo no fumo más, y así lo cumplió el veterano que consumía 60 cigarrillos diarios. Hoy confirma que duerme mejor, no se cansa al caminar y   ya no es blanco de la gripe.

Algunos de sus clientes hasta celebran al septuagenario, pues manifiestan que algunas de sus arrugas se fueron con el humo, y ya no sienten el olor a tabaco en sus camisas, Ahora los no fumadores reforzaron su público.

Sin embargo al decir de  varios expertos no es recomendable abandonar este hábito de un día para otro.Opinan que se debe rebajar poco a poco  el número de tabacos y luego decirle adiós.

El master en  Psicología Médica, Boris Pérez con una basta experiencia en los tratamientos contra las adiciones declara, que algunas personas logran cortar rápido el llamado vicio, pero otras necesitan de la ayuda especializada.

La abstinencia perturba al paciente con diversos síntomas, por lo cual  debe apoyarse en las terapias que hoy ofrecen los centros de salud mental de la provincia, u otros servicios  de su red asistencial, donde la medicina natural    ha rescatado a muchos de este tipo de drogas..

Pero no sólo el   Ministerio de Salud Pública en Villa Clara, trabaja  en la prevención y atención  contra este hábito tóxico, pues la Universidad “Martha Abreu” de Las Villas se ha sumado  con un programa.

Al decir del master  Boris Pérez, este  proceder es muy abarcador pues también lo centran en evitar la recaída de los pacientes.

Lo cierto es que   las constantes campañas contra   los daños  que origina el tabaco al organismo, hace que merme la cifra de fumadores en algunos segmentos poblacionales.

El mayor porcentaje quiere evitar o reducir las posibilidades del efisema, u otras afecciones respiratorias. No  desean contraer enfermedades cardiacas, ser hipertensos o morir bajo los efectos de las afecciones oncológicas.

Esta pandemia silenciosa  ahora mata a más de 4 millones de habitantes en el planeta, cada 365 días, pero que en el 2020    exterminará a unos 20 millones de ciudadanos fumadores en este universo.