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La Pulido

Las añoranzas de algunos cubanos

Las  añoranzas de algunos cubanos
Sentí de madrugadas el chaz chaz de los barrenderos en calles céntricas de Santa Clara, cuando los gallos entonaban sus primeras notas. Minutos después escuché el pregón de un expendedor de café, seguido del de un desentonado vendedor de pan.

Media hora después oí el ir y venir de los trabajadores, que se disponen a buscar un transporte para llegar a tiempo al trabajo, el de los jóvenes y de otros bisoños que a partir de las siete de la mañana le imprimen a las calles diversas tonalidades con los colores de sus uniformes.

Algunos dicen, allá van los de la escuela de arte, otros observan a los futuros médicos y enfermeros o simplemente a los que están en las escuelas de oficios, Las calles de Santa Clara se llenan día a día de este y otros segmentos poblacionales, que hablan de pelota, de que si Víctor Mesa, nos va a ganar cuando el equipo que lidera en Matanzas, se enfrente al de Villa Clara.

Muchas de estas charlas, las oye en bodegas, cuando los cubanos, compramos nuestros mandados subsidiados por el estado, y que muchas veces se reducen a las cinco libras de arroz, 10 onzas de frijoles y el azúcar crudo o refino. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, usted ve a la mayoría sonriente, con el chiste picaresco a flor de labios.
No dejan de preocuparse por el vecino, si está enfermo, y muchas veces lo acompañan hasta los consultorios del médico y enfermeros de la familia.

Ahora el amanecer de Villa Clara, sobre todo entre la población masculina, es el análisis del béisbol, mientras las mujeres tratan de embellecer sus hogares con espíritu navideño. Quizás por estas observaciones, hace poco una vecina octogenaria me dijo. ¿Por qué algunos cubanos que viajaron hacia estados Unidos se meten con Cuba? No será que añoran hasta nuestra conga.

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